SofisticaciónLa típica escoria de la ciudad
bebe cafés y tés en un cuarto iluminado artificialmente.
Sorbe malteadas a través de pajillas verdes
y con aire
de falsa indiferencia
come pasteles y fruta
sánduiches y galletas.
Posan, en los momentos adecuados
(por ejemplo, cuando pagan con su tarjeta
American Express)
para preservar
la sofisticación.
Ríen sin saber que afuera
la ciudad se ennegrece nuevamente
y las putas se paran en sus esquinas,
los borrachos toman la primera copa de la noche
y alguien, en algún lado, se desangra sobre el pavimento
que de manera irremediable
(y, ni se diga, sorprendente)
se junta con el asfalto que está a sus pies,
al borde de la ventana del local.
Se entremezclan de la misma manera que lo hacen
los mares del mundo
y algunos continentes.
17 añosno sé qué mierdas esperen
con sus caras de hastío.
apenas tendrán diecisiete años
pero se aburren voluntariemente como viejos
en una mesa
escuchando las conversaciones de otros adolescentes palurdos
que sin embargo tienen más dinero.
porque ellos, aunque se pongan la misma ropa
y se sienten
en las mismas sillas
no tienen algo que los demás tienen
(y que es es tan sutil como las variaciones en las tonalidades de mezclilla)
y por eso andan con la cabeza gacha
cuando caminan a la puerta
pues a pesar de que se ríen ruidosamente
con carcajadas estúpidas
en un café estúpido
de una ciudad estúpida,
caminan con precaución
pues en el fondo les duele.
y creo que es eso
lo último que piensan
en el fondo, aunque lo oculten
pero de un momento a otro
se acercan a la puerta
y desaparecen para siempre
SoledadLos sábados siempre estoy solo
y a veces salgo a comer
o al cine
o
a veces
también a caminar.
Hoy acabé en un café
leyendo un libro y viendo
volar moscas
(aunque la verdad es que
en este café no hay moscas
porque el aire acondicionado
es muy fuerte).
A veces me encuentro
a alguna persona, conocida
que me pregunta: "¿A quién esperas?"
y yo respondo: "A Nadie"
y me observan
como si fuese
la reencarnación de jesucristo
o un ornitorrinco
y me digo: "mierda, me he
quedado solo".
Pero no importa tanto
porque no me caigo tan mal hoy
y porque sé que le ocurre
a todas las personas
tarde o temprano.
Además,
me gustan
los ornitorrincos.